Dormido te veo. Cuando no hay oscuridad, y el silencio reina en la habitación. En el vacío, solos tú y yo.
Nos acercamos muy rápido, e inmediatamente nos abrazamos, deseando que no se acabe el momento. Luego me das un beso y comenzamos a bailar juntos, sin nadie a nuestro alrededor, sin una música que ayude a mantener el ritmo. No hay nada, el escenario perfecto.
Pero el ruido de un coche rompe todo el ambiente. De repente todo se vuelve negro otra vez. Incrédulo y aturdido, abrí los ojos, y lo que observé fue la lámpara del techo. Me levanto y me siento en la cama, con cierto malestar. Todavía sigo algo aturdido, pero la sensación desaparece cuando observo que la cama, a mi lado sigue vacía. Y nunca estuvo ocupada.
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