domingo, 21 de agosto de 2016

La generación "falsa"

Soy de esa generación nacida a finales de los 90'. Una generación que aún no sabe si pertenece a la Y o a la Z. Una generación que ha vivido lo mejor de la infancia de los noventa y el nuevo milenio. Nacimos después de la disolución de la URSS, cuando el mundo comenzaba a vivir una falsa paz e internet había llegado a nosotros. Hemos crecido con los ordenadores, y hemos tenido un móvil ya con once años, luego que nuestros hermanos mayores lo tuvieran con quince y nuestros padres com treinta. Hemos pasado nuestra infancia y adolescencia en medio de una crisis mundial que afecta sobre todo a Occidente, mientras en Oriente aún viven en guerra. Hemos sobrevivido a tres Fin del Mundo y hemos vivido en dos milenios, dos siglos y dos décadas sin cumplir los dieciocho años. Supuestamente nuestra generación es la que cambiará el mundo, la que mejorará la situación, la que iniciará una nueva etapa gloriosa en nuestra historia. Mentira, todo mentira. Pasamos nuestra preadolescencia y adolescencia delante de nuestro smartphone de última generación, alimentando nuestro ego en las redes sociales. O incluso sin ellas porque es demasiado "mainstream". Sólo la ciencia y la tecnología dan dinero y son el avance, olvidando de dónde venimos y nuestro legado. Creemos ser más tolerantes que nuestros mayores cuando nos radicalizamos en el machismo, la homofobia y el racismo; nos seguimos riendo cuando alguien llama puta a una mujer o maricón a un gay, pero defendemos falsamente sus derechos a través de la pantalla. Vivimos independientes al resto, cuando queremos la aceptación de los demás. Tenemos una mente fuerte e independiente y nos dejamos manipular fácilmente. Nos quejamos de las relaciones y amistades tóxicas y disfrutamos manipulando y haciendo bullying al débil de la clase.
No somos la generación que cambiará el mundo; somos la generación que le dará el golpe final.

martes, 2 de agosto de 2016

Aquel loco llamado Rafik

Hubo una vez un simpático mandril me enseñó a mí (y a muchos) que podíamos llegar a ser seres inmortales. Que cuando una persona se va no lo hace para siempre, que siempre está con nosotros. Que un adiós quiere decir un "hasta luego". Que nuestras almas nos conectan con los reyes del pasado, que nos observan desde las estrellas, se comunican por el viento y viven en nosotros. Que el pasado era parte de nosotros. Nuestras raíces, aciertos y errores, de los cuales siempre sacas una enseñanza, sea grave o no. Que la locura aparente podía ocultar tras de sí un ser espiritual, lleno de sabiduría y enseñanzas que dar. Que el pasado dolía, pero nos daba una lección para el futuro. Que lo que buscamos determina nuestro camino. Que siempre debemos ir más allá de lo que vemos.

Gracias Rafiki por ser ese viejo loco que tanto nos enseñó.